Dar el primer paso.

No, no hablo de esos primeros pasos cuando eras un bebé, explorando el mundo desde esa altura, hasta que, de repente, descubriste la habilidad de caminar y hallaste una nueva forma de conocer el mundo. Hablo de ese otro tipo de primer paso: ese en el que decides dejar de ver la vida como una serie de tareas y empezar a vivirla con un propósito. Ese momento en el que te miras al espejo, te das cuenta de que la vida es corta (demasiado corta, como ese café que se acaba justo cuando empieza a saber bien), y decides que es hora de ir tras lo que realmente te llena de energía.

Es en este preciso instante donde nos encontramos tú y yo. Siempre he creído que la vida es un pestañeo, una ráfaga, y si no la vives al máximo, te pierdes de algo grande. Si eres como yo —de los que no se conforman con la rutina de siempre, que sienten esa necesidad incontrolable de descubrir, explorar y dejar algo mejor que un simple "yo estuve aquí"—, entonces estamos en sintonía. No quiero que veas el mundo desde la barrera, quiero que lo pises, lo sientas, y dejes una huella. No para inflar tu ego (que para eso ya está Instagram), sino para darle un verdadero significado a cada día que te levantas de la cama, sabiendo que haces algo que realmente importa.

Ahora bien, ¿por qué estás leyendo esto? Podrías estar viendo memes de gatos o preguntándote si es realmente necesario lavar las toallas cada semana (spoiler: sí lo es). Pero en lugar de eso, estás aquí. Y eso me dice algo importante: sabes que la vida es más que clics y likes. Sabes que cada paso, cada decisión, puede llevarte a un lugar completamente nuevo.

Este es mi mundo, y no te lo muestro para presumir (para eso ya están las redes), sino porque quiero que construyamos tu propio mundo, uno que combine tus pasiones, tus metas, tu familia, y todo lo que amas. Si yo he podido fusionar marketing, arte, música y hasta hacer malabares con la vida, tú también puedes.

Soy publicista, con más de 18 años de experiencia en marketing y medios, pero también soy alguien que se emociona con cada proyecto, que ve posibilidades donde otros ven límites. He trabajado con grandes compañías, he lanzado mis propios negocios, he hecho música, pintado cuadros, y hasta he escrito sobre ello. ¿Por qué? Porque es lo que me hace levantarme cada mañana, emocionado por lo que viene.

Así que te invito a suscribirte a mi newsletter. No te llenaré el buzón de promesas vacías, pero sí de ideas que te inspiran y te empujan a seguir adelante. Y si tienes un proyecto en mente, escríbeme. Te aseguro que juntos podemos darle forma y convertir esas ideas abstractas en algo tangible y real.

Espero tu mensaje. Vamos a hacer algo grande, ¿te animas?